Vivimos en una cultura que no respeta, en general, la sofisticada arquitectura que nuestras columnas han logrado a lo largo de milenios de evolución.
Sofás, coches, computadores y la larga lista de objetos cotidianos entre los que nos movemos e interactuamos no ayudan a mantener nuestra columna sana y libre de dolores, sino al contrario.
Nuestras actividades físicas y recreativas tampoco colaboran en mantener la salud y el equilibrio de nuestra columna. Permanentemente estamos realizando gestos y movimientos que la agreden
comprimiendo activa o pasivamente las articulaciones intervertebrales. Es esta compresión repetitiva la que envejece nuestra columna, haciendo que hoy día patologías propias de la tercera edad
sean cada vez más comunes a edades tempranas.
En estas clases especializadas te propongo diversas series de ejercicios en máquinas o con accesorios de suelo. Desde los muy básicos hasta los más complejos
todos ellos tienen en común su eficacia para movilizar, fortalecer y mejorar la coordinación motriz de la espalda sin agredir a la columna con movimientos que puedan comprometer sus
estructuras.