El doctor Bruce Hood explica en su libro “The self illusion” cómo nuestras elecciones están hechas no en base a valores absolutos sino en base a la relatividad. Las cosas son caras o baratas en tanto y en cuánto las comparamos con otras opciones similares. Este proceso mental se utiliza permanentemente como estrategia de venta. Puestos a elegir entre artículos similares, la gente suele optar por el de precio intermedio en lo que se conoce como efecto “Ricitos de Oro” (por el famoso cuento de hadas en el que la protagonista elige el “porridge” que no está ni muy frío ni muy caliente). Esto hace que muchas veces se coloque en las tiendas un producto caro al lado de otro similar pero de precio intermedio simplemente para reforzar la elección del segundo, que no es el más barato pero tampoco el más caro.
Pilates nació como un trabajo individual, adaptado a la medida del cliente. Esto lo convirtió en un producto exclusivo y “de lujo” dentro de lo que es el mundo del fitness y el wellbeing. Las razones de estos costes son un equipamiento de diseño exclusivo para la actividad -que requiere un espacio relativamente grande de instalación- y un perfil de instructor con una formación privada de varios años que percibe un salario más elevado que el de un monitor de gimnasio. Posteriormente, variaciones en el diseño de las máquinas permitieron integrar varios equipamientos en uno sólo y así se desarrolló el concepto de grupos pequeños (entre 4 y 8 personas);a partir de entonces Pilates se puede realizar pilates a un costo más accesible pero sosteniendo la misma filosofía y metodología de trabajo.
Casi en paralelo con esta novedad surgió una nueva opción mucho más masificada: la de los mega grupos (más de 10 personas). Lo habitual es que en este caso ya no se utilicen los equipos sino únicamente la versión de pilates en colchonetas con accesorios. Los monitores que suelen trabajar en estas modalidad no siempre están formados en todo el sistema de pilates sino sólo en la modalidad de suelo. En general, tampoco tienen especializaciones en condiciones especiales (patologías diversas, embarazo, post-parto, tercera edad, etc). El precio es evidentemente mucho más barato.
La gente percibe el pilates tradicional (tanto el individual como el de grupos pequeños, opciones que normalmente se ofrecen en los centros especializados) como un producto excesivamente (o sea, injustificadamente) caro. Entonces opta por la opción más barata (pilates en mega grupos). El problema es que la diferencia no es solo cuantitativa sino que se trata de productos diferentes. Un pilates en grupos grandes pierde su esencia que es lapersonalización: el adaptar los ejercicios a cada cuerpo y el diseñar un entrenamiento a medida de cada cliente, de sus características y de sus necesidades. La formación incompleta de muchos instructores También incide en que haya una oferta cada vez mayor de Pilates en mega grupos.El arte de un buen pilates está en la riqueza del uso de todas las variaciones y modificaciones que pueden hacerse para que cada cliente pueda sacarle el máximo beneficio a cada ejercicio. Esto es algo imposible de aplicar en una clase de más de 6-8 personas.
Siguiendo el razonamiento del dr. Hood, podríamos decir que el problema no está en el precio en sí sino en que no estamos haciendo la comparación correctamente o, mejor aún, en que al cliente no se le ofrece una comparación auténtica y coherente. Estamos comparando un pilates genuino con un híbrido. En aras del marketing y de abaratar los costos, se está deformando la idea original de pilates.